"Descerebraos": Carlos, Eduardo, Eva, Javi, Jorge, Mario, Miguel, Nacho, Santi y yo.
Salida organizada por el Grupo de Montaña San Jorge.
Salida organizada por el Grupo de Montaña San Jorge.
Salimos de Zaragoza el sábado 23 de enero a las 8 de la mañana en dirección a Illueca, donde tomamos un almuerzo para coger fuerzas para las actividades previstas para ese día (descenso del barranco y ferrata de Calcena).
Barranco de la Atalaya: el barranco de la Atalaya está localizado en la sierra del Tablado, en el Parque Natural del Moncayo. Cuenta con un total de 700 m de longitud y 140 m de desnivel perfectamente equipado. En el puede practicarse barranquismo en cualquier época del año, aunque se recomienda buscar días nublados y frescos.
El barranco discurre por la cuenca del río Isuela, de caudal seco, sobre rocas calizas, presentando pocas dificultades. Cuenta con escapes, aunque sólo en su comienzo, siendo abierto, salvo en su parte final, donde se concentra la parte más deportiva y estética.
Aproximación: pasando Purujosa dejamos una pista a nuestra derecha (3 Km), cruzamos el río Isuela y en un ensanchamiento que hay en una fuerte curva a la derecha dejamos uno de los tres coche con los que hemos llegado (aproximadamente a 4,5 Km de Purujosa). Con los otros dos coches, tomamos entonces el camino que sale de la misma curva en dirección a Beratón. Al final del camino encontramos una planicie donde dejamos los coches y, ya andando, tomamos una pista hacia la izquierda (la senda de los Ladrones) que se dirige a la hendidura del barranco.
Retorno: el barranco termina prácticamente al lado de donde habíamos dejado el primer coche.
En general, es un barranco de muy poca dificultad, con algún rapel entretenido y unas vistas muy bonitas. La duración del descenso es de aproximadamente una hora.
Roble en la senda de los Ladrones (Arriba: Nacho, Javi, Mario, Eduardo, Jorge, Miguel; abajo: Tere, Eva, Santi y Carlos).
Ferrata de Calcena: una vez finalizado el descenso del barranco nos dirigimos a la ferrata de Calcena. La vía la localizamos al lado de la misma carretera, desde Calcena a mano derecha, a unos 2 Km del pueblo, después de un puente que cruza el barranco.
En general, se trata de una vía sin dificultad (a pesar de mis problemas en una panza). La vía comienza con una trepada fácil hasta las primeras grapas. El primer tramo es un poco tumbado, aunque poco a poco se va enderezando. Después de una pequeña travesía a la derecha encontramos otro tramo de grapas, más vertical. Otra pequeña travesía y otro tramo recto hacia arriba, que nos lleva a una terraza en la que se puede andar tranquilamente hasta el último resalte, un poco tumbado y corto. Desde aquí se sigue por la línea de cable hacia el interior de la montaña, donde comenzamos el descenso. En esta zona hay que tener cuidado, ya que la tierra suelta puede dar lugar a la caída de piedras. A partir de aquí, el retorno al coche es de unos 5 minutos. El tiempo de recorrido puede reducirse a unos 30 minutos a buen ritmo, aunque merece la pena parar un rato arriba, ya que las vistas son espectaculares.
Vistas desde arriba.
Recomiendo que, si se realiza la ferrata en invierno, se haga por la mañana, cuando existen posibilidades de que pegue algo el sol, ya que por la tarde con el frío de enero y el viento se puede pasar muchísimo frío.
Acabada la jornada de actividades nos dirigimos a Calcena, para disfrutar de unas cervezas en el bar del pueblo y, posteriormente, a Purujosa, donde cenamos y dormimos en el albergue. Destacar un excelente trato en el albergue, en el que disfrutamos de una buena cena y de las copas de después.
El domingo por la mañana, una vez recuperadas fuerzas (algunos con resaca de la noche anterior), decidimos acercarnos a Cueva Hermosa, también cerca de Calcena.
Cueva Hermosa: partiendo de Prurujosa con dirección a Calcena y a aproximadamente 4 Km, nos encontramos con una pista de tierra a la izquierda. Pasada la misma, a unos 20 m, hay que tomar una senda que asciende hacia la entrada de la cueva, entre carracas y aliagas.
Descripción de la cueva: la entrada es modesta, así como su galería inicial, pero al adentrarnos se abre una galería de unos 100 m de longitud. Se diferencian dos salas separadas por bloques: la Sala de las Arañas y la Sala de los Murciélagos.
Morfología: en la entrada se puede apreciar la erosión del agua, ya que las paredes se encuentran totalmente pulidas. Como formación más representativa se puede destacar la Muralla China, una colada de 3 m de altura, situada en la galería de entrada. La altura media de la cavidad es de 5 m.
Después de la cueva volvimos al albergue de Purujosa, donde habíamos decidido comer. Por la tarde hubo quien decidió repetir la ferrata mientras el resto esperábamos plácidamente tomando el sol, antes del regreso a Zaragoza, a donde llegamos sobre las 7 de la tarde.
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